Tantas veces pasan cantantes o músicos a los
vagones de metro. Entre estación y estación interpretan rápido su canción,
piden una ayuda y se largan al siguiente vagón. Esta vez me conmovió una mujer
que cantaba realmente lindo. Cantaba igualito que Violeta Parra o un poco
parecido a Mercedes Sosa. Era una mujer mayor, humilde y digna en su vestir,
con el pelo negro, liso y bien recogido. Su cara bella aunque envejecida por
los años y el sol. Su gesto muy serio y noble.
Tocaba a pelo, sin electrónica, con una
guitarra vieja. Aún así se oía bien su cante. Me gustó, me conmovió su canción,
que no puedo apenas recordar, sobre todo por lo que evocaban. Rápido terminó y
avanzó entre los pasajeros pidiendo una ayuda. Al pasar junto a mi, le di una
monedilla e interrumpí su marcha con una pregunta, -“¿Me puede decir, por
favor, quien es el interprete de esta canción?”-. Esperaba yo que me diría
Mercedes Sosa o algo así, pero no, me miró con fastidio y me dijo - “¿Cómo?”-
Le repetí la pregunta - y contestó - “Y yo que se…hay tantos artistas…” - y
continuó su paso entre la gente.
Por el tono y acento de su voz me
autoapliqué un reproche en su lengua “Mirá que sos voludo, ella
buscando aprisa una moneda mas, antes de que parta el tren, y tu haciéndole
preguntas pendejas”