jueves, 18 de octubre de 2007

Por la Plaza de Opera



Desde hace tiempo hacemos rutas por Madrid, por donde pasear la amistad. Las rutas se eligen buscando proximidades a nuestros barrios, facilidad de comunicación y puntos de interés. En este último capítulo no puede faltar lo gastronómico, mas orientado al beber que al comer, o mejor al ámbito mixto de la tapa. También hemos acordado que, para que no sea todo mas que de beber y de beber, no debe faltar una cierta dósis cultural para ir reduciendo un poco nuestra ignorancia.

Huvo un tiempo en que siendo currantes salíamos una vez a la semana, justo a la hora de la comida, y entonces la elección se hacía incorporando el criterio de alejarse de la empresa lo suficiente para sentirse liberado de ambiente tan opresivo. Y beber no mas de lo prudente para retornar al trabajo sin descomponer el gesto laboral.

Ahora podríamos tener la aficción incontinente de descubrir mas y mas rutas y no nos alcanzaría el tiempo, el bolsillo o la salud. Pero la afición no se pierde y seguimos en la brecha. Y os puedo asegurar que es una de las actividades mas gratas que a todos aconsejo os vayais incorporando a medida que podais, laboralmente hablando.

Me piden mis fans que cuente lo hallado cuando sea bueno y pueda servir de guía a otros caminantes o de recuerdo para nosotros mismos no vaya a ser que no nos acordemos cuando alguna vez queramos volver. Como alguna vez ha de ser el principio, esta la dedicamos a una breve ruta por el entorno de la Plaza de Opera.

Estatua de Isabel II.
Lo primero es que hay que pararse a ver la estatua de esta estupenda mujer que en efecto merece estar en un pedestal en el Centro de tan importante plaza, por muchas razones, entre las que yo destacaría su libérrima vida palaciega, según ilustran los hermanos Bequer. Está representada con fina figura, sus faldas recogidas, aunque no en alto.

Primer Vino
Ya de salida pude hacerse una parada en la Taberna Arrieta. Está en la Calle Arrieta y tiene una buena colección de fotografías del Madrid antiguo. Es taberna antigua y taurina. Está enfrente y no muy lejos de la casa donde vivió Joselito el Gallo

Convento de la Encarnación
En horario de 10 a 14 puede visitarse el Convento. Los miercoles visita gratis.

Segundo vino en El Mollete
Taberna El Mollete
En la calle de la Bola nº 4, existe desde 1830 la taberna El Mollete. Es pequeña y acogedora. Una cerámica cuenta su historia: "Carbonería de Floridablanca,en tiempos de Carlos III, sitio de reunión para intrigas y contubernios. Durante los tiempos de Napoleón dió cobijo a reliquias del Convento de la Encarnación y dicen que allí se licuó la sangre de la reliquia de san Pantaleón. Estuvo después en manos del bandolero Luis Candelas ya como taberna y era conocida como Traganiños . Cuentan que su actual nombre se lo debe a un panadero amigo de éste Mollet, que lo convirtió en la Tabena actual"
Ponen buen vino. Hemos probado a buen precio un rioja Arvinza crianza del 2001.

Tercer Vino. Calle Veneras
Subiendo a Santo Domingo y bajando por la Calle Veneras a mano derecha hay una pequeña taberna que se llama "la Alegría". Es antigua y está decorada con azulejos. Al fondo en alguna mesa dan de comer. Muy de barrio. No está mal para tomar la penúltima, y pilla en buen sitio para enfilar al metro de Opera.

Cuarto vino. El Anciano Rey de los Vinos
Esta sería una parada de remate. Su vino seco de la casa, embocado, acompañado de galletilla, sería el mejor epílogo para esta ruta