lunes, 4 de abril de 2011

Reales Sitios de Madrid


Real Sitio de la Florida


La monarquía española a lo largo de la historia ha tenido un poder y esplendor extraordinarios. Poder y esplendor manifestado tanto por los dominios sobre un vasto imperio como por crear para su disfrute un mundo de lujo cuasi oriental, con múltiples palacios de su propiedad, una amplia corte a su servicio, y miles de lacayos y todo tipo de servicios concebidos y utilizados para la monarquía. El pueblo y los lugares solo tenían importancia en cuanto que estaban puestos al servicio del Rey. Su artífice fue Felipe II y es mantenida por la dinastía de los Habsburgos. Los monarcas de la dinastía borbónica la profundizan hasta su decaimiento.

Una de la manifestaciones de este poder fue el esplendor palaciego, que se concreta en la creación de múltiples Sitios Reales.

La creación de los Sitios Reales tiene su origen en Felipe II. Su concepción y desarrollo es reflejo de las virtudes y capacidades de este Rey como estratega. Se trataba de crear una red de emplazamientos componiendo simultáneamente un modelo geográfico y un modelo geométrico.

Los Reales Sitios se eligieron, en primer lugar, por sus características geográficas, y luego fueron adaptados. Casi todos ellos forman parte de la provincia de Madrid. (La provincia de Madrid es un invento de 1833 y agrupaba muchos de los reales sitios, sitios de realengo como la propia villa de Madrid). También para su elección se tuvo en cuenta la posición de otras ciudades próximas como Aranjuez, Segovia y Avila. También se eligieron de acuerdo con un modelo geométrico, según lo indicado mas adelante.

Muchas de las actuaciones de Felipe II tienen razones estratégicas. Además es un personaje de gran formación y hablaba cuatro idiomas, (formado en arquitectura, botánica, paisajismo, etc.).


En tiempos de Felipe II, la villas de Madrid tenía solamente un real Sitio, El Alcazar, con los jardines, la Casa de Campo, el Campo del Moro, etc. Después, en tiempos de Felipe IV, se crea al otro lado de la ciudad, otro Real Sitio, El Retiro, de alrededor de 220 ha. (hoy apenas 160 por reducciones como el Barrio de Alfonso XII donde estuvo el Complejo Palatino). Luego habrá otros Reales Sitios mas pequeños, a corta distancia de los Reales Sitios Mayores, que en su origen, ya en el siglo XV, habían sido simples cazaderos de la Monarquía, como El Pardo, y que se fue enriqueciendo hasta constituir palacios donde pasaban temporadas. Otros cazaderos desaparecidos fueron: el Real Sitio de Balsaín (junto a La Hilaria), quemado en 1683; La Moraleja; El Palacio de Río Frío, al lado de Balsaín, creado en 1753, lugar de destierro para la reina Isabel de Farnesio.


Felipe II traslada la corte a Madrid, por varias razones:

- dificultad de mover la corte entre ciudades

- porque Madrid pertenece al Rey, es una villa de realengo, es su señorío: con un Palacio cómodo

- Madrid no tenía contrapoderes (fueros, etc), no había nobleza ni clero fuerte (lo que no pasaría en Toledo).

- Su gran riqueza (cinegética) y biodiversidad


La Corte de Madrid se concibe como territorio, no es solo la ciudad de Madrid, y en todo él y atendiendo a un esquema estratégico se crean Reales Sitios. La comunicación entre los mismos y los restantes Sitios Reales debía estar asegurada. Se trataba de crear una red que permitiera que los despachos de gobiernos fluyeran con agilidad dentro de la Corte.

A tal efecto Felipe II crea Reales Sitios principales o mayores y otros Reales Sitios mas pequeños o menores.

Los Reales Sitios Mayores debían tener como característica: permitir un tipo de vida bucólica, ser sitio de gobierno y de diversión, tener jardines y riqueza cinegética en los bosques que le rodeaban.

Los Reales Sitios Menores tenían la función de parada y fonda. Debían permitir pasar la noche entre Reales Sitios Mayores.


Felipe II funda los dos Grandes Sitios mayores de Madrid:

- El Escorial, monasterio, lugar de retiro espiritual, una de las bibliotecas mayores del mundo, lugar importante para los restos de todos los Augsburgo

-Aranjuez, creado en un señorío, que aunque no suyo, es la Encomienda Mayor de la Orden de Santiago, donde se encontraba un palacio del siglo XV conocido como el Palacio del Maestrazgo y allí encargó a Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera la construcción de un Gran Palacio de Aranjuez, aunque va a quedar inacabado.


Igualmente Felipe II crea Reales Sitios Menores en La Fuenfría, La Aceca, Cadalso de los Vidrios, La Fresneda, Vaciamadrid. Ninguno ha llegado a nuestros días (salvo algunos restos, como en Vaciamadrid)

Real Sitio de Vaciamadrid


El esquema constructivo es de carácter geométrico: Madrid en el centro y luego los Reales Sitios creados: Aranjuez, El Escorial; luego entre Reales Sitios Mayores los Reales sitios Menores, como La Ceca, en el camino de Toledo, y Vaciamadrid, La Fuenfría, Cadalso, formando una red red tupida. Entre todos ellos existe una distancia perfecta, distancia ideal de 8 leguas, unos 45 km, dos jornadas de viaje y en la mitad postas para cambiar caballos. Así ocurre con las distancias entre Toledo y Aranjuez, Aranjuez y Madrid, Madrid y El Escorial, El Escorial y Avila, Avila y Cadalso, Cadalso y el Escorial.


Este esquema constructivo tuvo su reflejo, en su momento en la creación de la Red de Carreteras con Isabel II, marcando el km. 0 en Madrid, y posteriormente en la red de ferrocarriles. la primera línea se construye para unir dos reales sitios: Madrid- Aranjuez


El ocio, el placer de la naturaleza y principalmente la caza, era uno de los principales motivos de la ubicación de estos Reales Sitios. En El Escorial había mucha caza mayor. Igual en la Granja, aunque no formaba parte del modelo geográfico de Felipe II, y fue crea da por Felipe V en 1721. Igual en Riofrío, creado posteriormente. En El Pardo, lugar cinegético excelente, había sobre todo venados, jabalíes. En Vaciamadrid cazaderos de conejos. En los sotos fluviales del Tajo, en su confluencia con el Jarama, pesca y volatinería.


Felipe V 1700 se asombra de lo hecho por los Austrias, en especial Felipe II. Potencia y revitaliza el valor de los reales sitios y lo continúan Fernando VI y Carlos III, no solo mejorando jardines, etc, sino constituyendo con esta red de reales sitios lo que denomina “un sistema planetario entorno al cual gira el sol”, el Rey Sol, Felipe V, que gira de forma regular en torno a sus planetas y estos planetas son El Pardo, Aranjuez, etc., ocupando en las mismas estaciones climáticas los diferentes sitios, de forma regular, y este periplo es repetido por los diferentes reyes a lo largo del siglo XVIII. Entre enero y marzo iban al Real Sitio del Pardo, a primeros de abril pasando un poco por Madrid se trasladaban al Real Sitio de Aranjuez donde pasaban toda la primavera, y ya a finales de junio retornaban a la Corte y entre primeros de julio a Octubre se marchaban a la Granja. Antes de retornar a Madrid pasaban por El Escorial y allí estaban entre Octubre y primeros de Diciembre, y luego pasaban este mes en la Villa y Corte. Todos los reyes desde Felipe V a Carlos III lo hicieron.


Aunque en los Reales Sitios se fomenta la vida bucólica, la caza, etc, y se potencian los medios dedicados a esos fines, también se gobierna, porque todo el siglo está lleno de incidentes, guerras que requerían atención diaria. Se produce también un despliegue de medios para el gobierno, como casas para Secretarios de Estado, y demás cortesanos.


Felipe V revitaliza lo dejado por los Austrias. La ciudad de Madrid no le gusta. Era un poblachón, carentes de edificios públicos, ni cuarteles, ni hospitales, ni edificios administrativos. Tan solo había dos edificios públicos el Ayuntamiento y la Sala de Alcaldes de Casa y Corte, hoy Ministerios de Asuntos Exteriores, representativo del sistema penal de la Casa de Austria. El Alcazar no le gusta y además se quema durante su reinado. Los primeros años de su reinado no los pasa en Madrid sino en Andalucía y Extremadura. En 1704 vivió un año en Plasencia. Por eso revitaliza los Reales sitios. En 1721 encarga a Teodoro de Ardemans la construcción del Real Sitio de la Granja de San Idelfonso, que es un pequeño Versalles, con claro regusto francés. Luego al final de su reinado se transforma en regusto italiano, porque su hijo en Italia influye en el envío de muchos arquitectos. A finales de siglos todos los palacios tienen ese aire y son la envidia de Europa, no se escatiman medios.


Todos los palacios están precedido de un gran patio de Honor, concepto copiado de Versalles, el avant court (court - corte), y cuanto mas grande es ese patio delantero mas importante es el palacio. Todos nuestros Reales Sitios tienen este avant court, y todos tienen interiormente una Escalera de Honor, para la recepción de los invitados.

Felipe V no quiere que se entierre en el Panteón de Reyes, prefiere un sitio muy francés, en La Granja, con Isabel de Farnesio. Jardines sofisticados realizados por paisajistas franceses, magnificas fuentes, obras de arte, impresionantes obras hidraúlicas, explosión de juegos de agua, a gravedad. También desarrollo económico en torno a los reales sitios. Se crean acequias, molinos, cuarteles, etc.


Se inicia la construcción de la red de carreteras para conectar los reales sitios. El puerto de los Leones en el camino a La Granja está señalizado en la cima con el símbolo de los Borbones, que son los leones.


La red de grandes fábrica reales no tienen por objeto crear industria ni sacar de su retraso al país. Son industrias deficitarias. Están hechas para lujos, para llenar los salones de alfombras. La Real Fábrica de Porcelanas Finas se crea para decorar los palacios y los cuartos de baños reales. (Sala de porcelana, cuarto de baño del rey).


Felipe V tan solo estaba en Madrid 50 días al año, y Carlos III no sobrepasó los 80 días al año. El resto de los días estaban en “su sistema planetario”. No les gustaba la ciudad de Madrid. Era una ciudad sucia, mal construida, llena de chusma. Cuando se mueven de uno a otro llevan muchísimos criados, entre 4000 y 7000, y con todos los órganos del Estado, mas legiones enteras de pobres y pretendientes, a la espera de algo que les cayera. Por eso en estos reales sitios hay desarrollos urbanos. Eso pasa en la Granja. También en el Pardo, cuyo desarrollo se lo debemos a Sabatini. En Aranjuez, 1750, Santiago Monavia, urbaniza los alrededores del gran sitio, en un diseño moderno con una retícula de calles perpendiculares y paralelas. En los ensanches de Madrid y Barcelona de 1857 se va a utilizar el mismo tipo de retícula urbana, un siglo después de que Monavia lo hiciera en Aranjuez, diseño urbano que se hace en todos sus aspectos, altura, etc., como decía el rey para no desvirtuar los reales sitios. Lo mismo hará en 1770 Juan de Villanueva con el Escorial creando el Pueblo de San Lorenzo del Escorial.



Felipe II tiene la idea de unir El Pardo con Madrid a través de reales sitios muy pequeños, que no eran de parada y fonda, que son: La Casa de Campo, El Real Sitio de la Florida y El Real Sitio de la Moncloa. Su propósito es poder ir de Madrid al Pardo sin salir de su territorio. No pretende vivir en ellos, los utiliza por ejemplo para alojar a Embajadores extranjeros, para viviendas del valido de turno, la Casa de Campo para descansar. Esta última entra en decadencia porque durante el Reinado de Felipe IV se le ocurre crear otro gran sitio en la ciudad, a instancias de Olivares, junto al Monasterio de los Jerónimos, para retiro del Rey de sus labores de Gobierno, y así surge el Real Sitio del Retiro. Felipe II solo ve realizado el Pardo y la Casa de Campo.

Gracias a los reales sitios hoy hay pulmones verdes en Madrid.


En 1833 con la instauración de los liberales se instala en Madrid la especulación urbana. Lo que se preserva es gracias a que no se podían urbanizar por ser terrenos reales. La Casa de Campo se está salvando gracias a la tapia que construyó Sabatini.

Hoy se puede ir de Madrid al Pardo por zonas verdes. El Gobierno de la II República dona la Casa de Campo a los madrileños. Y en la revolución de 1868, cuando echan a Isabel II, Amadeo de Saboya dona El Retiro a los madrileños.



La Real Casa de Campo

Ivan de Vargas, amo de San Isidro, diponía de una casa en la plaza de San Andrés, otra en la calle del Dr. Letamendi, donde la Basílica Pontifica de San Miguel, y una Casa de Campo, lugar de descanso para el verano. Felipe II quería la casa de Campo de los Vargas, incluso antes de instalar la corte en Madrid en 1561. La consigue a. En 1559 se hace con la propiedad de la finca a cambio de la exención de deudas pendientes con Hacienda. La denomina Real Sitio de la Casa de Campo. La quiere para descanso. Juan Bautista de Toledo, arquitectos preferido de Felipe II, la transforma en palacio, incorpora jardinería, hace traer un experto italiano en canalizaciones, otro experto holandés, Van der Mullen, para construcción de un estanque y crianza de peces. Se crea un laguito, que se pretendía que se helara en invierno, para patinaje.


Su hijo Felipe III ubica en la Casa de Campo la estatua ecuestre de Juan de Bolonia (hoy en la Plaza Mayor).La Casa de Campo llegaba hasta el actual Lago. Felipe III proyectó incorporar huertas y frutales para la economía real.


Con Felipe IV empieza la decadencia de la Casa de Campo, porque el Conde Duque le construye el Retiro. La mayoría de la Casa de Campo se va a utilizar para cultivar. Con los Borbones se agranda la Casa de Campo. Felipe V va a comprar 1000 Ha, de forma que la Casa de Campo va a llegar desde Madrid hasta el límite del término municipal en su frontera con Pozuelo de Alarcón, y encarga a Sabatini la construcción de una valla de 16 km. que rodea toda la Casa de Campo.

Con los borbones se plantarán para exploitación agrícola 17.000 plataneros.

Durante el siglo XIX entra en decadencia. En tiempo de Alfonso XII se vendían entradas para pasar a la Casa de Campo. Esta situación termina el 20 de Abril de 1931, con la República, en que el primer alcalde republicano llega a un acuerdo con Indalecio Prieto para la cesión de la Casa de Campo al pueblo de Madrid, que se hace efectiva el día 1 de Mayo. El acuerdo incluía también Los Jardines de Sabatini, que pasaron a ser municipales, en zona donde estaban las caballerizas.


Real Sitio de la Moncloa

El Real Sitio de la Moncloa, huerta de Fuente del Sol en tiempos de Felipe II, pertenecía a un capitán de los ejércitos. Sus herederos venden la propiedad a Felipe II. Su hijo Felipe III, poco interesado se lo vende a un Marqués del Carcio, Luis Mendez de Haro, nuevo propietario. Su hija se va a casar con Antonio Portocarrero, conde de la Monclova, que a partir de entonces pasa a llamarse Monclova y luego Moncloa. Durante el reinado de Carlos IV lo compra Godoy y se lo cede a Carlos IV, y este lo convierte en Real Sitio. En el siglo XIX los reyes venden parte del gran sitio: por ejemplo una parte al Ayuntamiento de Madrid (D. Alberto Aguilera), con la condición de hacer un parque y no urbanizar. En esta parte se inaugura un parque que al estar en la parte oeste de Madrid pasa a llamarse Parque del Oeste. También el Rey Alfonso XIII va a enajenar parte de aquel terreno de la Moncloa para crear la Ciudad Universitaria de Madrid. En 1937 el Ejercito rebelde después de los infructuosos intentos de la Casa de Campo quiere atacar Madrid por la carretera de la Coruña. Hay un gran enfrentamiento en el entorno del palacio de la Moncloa que queda muy destruido. Después se ha reconstruido el Palacio de la Moncloa y utilizado para residencia de mandatarios extranjeros hasta 1979, en que Alfonso Suarez lo reconvierte en residencia de la Presidencia de Gobierno. El nuevo edificio reconstruido apenas se parece al palacio original.


Real Sitio de la Florida

El Real Sitio de la Florida empezó siendo una residencia de un noble, posesión situada en la zona de la actual Estación de Principe Pío, Barrio de Argüelles y Templo de Debot. Este noble llamado Leonardo de Sandoval y Rojas, familiar del Duque de Lerma, marido de turno, utilizaba esta posesión para cultivar, es decir como explotación agrícola. Cuando muere la posesión pasa por varios propietarios: Casa Profesa de Madrid, luego Convento de San Felipe Neri; después a Francisco de Moura; luego a la hija de Francisco de Moura quien se emparenta con Gilberto, Principe Pío de Saboya, quien convierte esa posesión agrícola en un palacio de recreo con grandes obras de arte, que rivalizaba con estancias del Palacio Real, palacio con montañita junto al Rio Manzanares. Este palacio lo va comprar Carlos IV quien lo convierte en otro Real Sitio Menor y lo piensa utilizar para recepción de embajadores, mandatarios extranjeros, etc. No le gustaba la denominación de Principe Pío, y le cambia el nombre a Real Sitio de la Florida, aunque los madrileños mantienen la denominación. Era un Real Sitio enorme. Empezaba mas o menos por la actual Plaza de España, bajaba por La Cuesta de San Vicente, se metía por el paseo que iba de Madrid a la Florida, Paseo de la Florida, subía por la actual Marqués de Urquijo, hasta el Paseo de la Princesa y encuentro con Plaza de España. Comprendía el actual Barrio de Argüelles y zona del Templo de Debot. Carlos IV manda al arquitecto Francisco Fontana reformar el Palacio y ordena la construcción de una nueva ermita de San Antonio de Padua, que los madrileños llamaron San Antonio de la Florida, ermita muy discreta pero de gran relevancia artística por las pinturas interiores de Francisco de Goya. El palacio fue destruido en la guerra de la Independencia en 1808. El ejercito francés decide convertirlo en punto neurálgico de sus operaciones para controlar la entrada Madrid desde allí. En 1812 las tropas inglesas y españolas atacan y el palacio queda totalmente destruido. Durante gran parte del siglo XIX esta posesión de Principe Pío no le interesa para nada a Fernando VII y es utilizada exclusivamente para el cultivo y cede su usufructo a su hermano Francisco de Paula, el infante que querían llevarse los franceses, según las malas lenguas hijo de Godoy. Fue el padre de Francisco de Asís que llegó a ser el marido de Isabel II, primos hermanos. El anteproyecto de Ensanche de Madrid de Carlos María de Castro, respeta todo el Real Sitio con lo que se salva de construcciones urbanísticas. Pero posteriormente Isabel II la decide vender. La parte de abajo, lindante con el río, la vende a la Compañía de Ferrocarriles del Norte de España. La parte de arriba la vende para construir casas y así aparece el Barrio de Argüelles. La parte mas alta, esa montaña de la Florida, se reserva para dársela al Ministerio de la Guerra y es utilizada para la construcción del Cuartel de la Montaña en 1880, tomado por las milicias madrileñas el 20 de julio de 1936, dañado y en ruinas hasta la construcción del Templo de Debot.



(Para la composición de este texto se han utilizados las notas de clase sobre este asunto de los profesores Rafael Gili y Fernando Verdasco de la UAM)