viernes, 22 de abril de 2011

Semana Santa y Falstaff





Tenemos la santa cordura y el privilegio de poder quedarnos en Madrid durante la Semana Santa, a resguardo de tanta salida adocenada, de la inaguantable ocupación de ciudades y calles por las procesiones nacional-católicas, de los discursos y presencia desmedidas de los clérigos católicos en medios y lugares públicos, de la penitencia impuesta por la jerarquía eclesiástica a sus acólitos, y por extensión al resto de los ciudadanos, de sometimiento al programa de eventos procesionales invadiendo tanto la calle como los medios televisivos. Es tan pesado e insoportable que no extraña que se quieran hacer contramanifestaciones, como la prohibida diligentemente en el Barrio de Lavapiés, por quienes acentúan su declaración de ateos. Casi por despecho nos acercamos en el día señalado por ese barrio por si había algo, pero fue tarde de lluvia nada mas, a reseñar en lo religioso alguna iglesia como la de San Lorenzo, llena de latinos, representando los llamados oficios de Semana Santa. Así que decidimos ir a ver la grandísima obra de Teatro "Falstaff" en el Centro Dramático Nacional, para ver representado el triunfo de la vida obscena y pantagruélica sobre la virtuosa pero pérfida de los clérigos y poderosos.
Antes y después hicimos lo posible para ser dignos emuladores de Falstaff, holgando como Dios manda, frecuentando tascas y tabernas, y haciendo platillos propios de estas fechas, que en eso, en lo gastronómico, si nos gusta la cultura popular semanasantera. Dignos e importantes fueron entre otros el potaje de garbanzos, el bacalao en escabeche, las torrijas al vino y el arroz con leche, del que dejamos un recuerdo fotográfico, marca de la casa.