jueves, 29 de diciembre de 2011

Iglesia de Santa María de la Almudena, Nuestra Señora de la Flor de Lis y La Cripta de la Almudena




Madrid, capital de España, no tenía catedral, ni siquiera una buena Iglesia Parroquial. Eso era intolerable para la nobleza y clero local, pero topaban con los intereses del Arzobispado de Toledo. Tras varios intentos se consiguió el permiso del Arzobispo de Toledo para construir una importante Iglesia Parroquial dedicado a la Virgen de la Almudena. En 1879, El Marqués de Cubas recibe el encargo de preparar el proyecto, y en 1883 Alfonso XII coloca la primera piedra de la futura Iglesia.

La iglesia pasará a ser catedral cuando en 1884 Madrid es erigida en diócesis por el Papa León XIII. El Marqués de Cubas reforma entonces su inicial proyecto de Iglesia Parroquial modificándolo para que pueda convertirse en Templo Catedralicio y realiza un proyecto grandioso, por sus dimensiones y por su arquitectura, de un estilo neogótico exuberante y profuso.

Para conseguir mas grandiosidad, se proyectó su construcción en el espacio, junto al Patio de Armas del Palacio Real, donde antaño estuvo la ciudadela árabe (Almudaina). Ese lugar que hubiera merecido ser recuperado y restaurado tanto por la muralla como por los vestigios de la ciudad árabe, recibía en cambio el proyecto de una catedral que una vez finalizada después de dos siglos ha devenido en la catedral mas fea, horrorosa, de España, edificio mamotrético que desprestigia el entorno monumental y sus orígenes.

Lo peor es que cuando decidieron la construcción de la catedral decidieron también destruir la antigua e importante Iglesia, Santa María de la Almudena. En la decisión también influyeron razones urbanísticas ya que se facilitaba el trazado de la calle Bailén.

Estaba la Iglesia  Santa María de la Almudena en el cruce de la Calle Mayor, con la actual Calle Bailén y de ella quedan cimientos visibles precisamente en la pequeña calle de La Almudena. Hay una maqueta de esta Iglesia que la reproduce tal como era cuando se destruyó. Merece la pena verla en el Museo de los Orígenes de Madrid (antiguo Museo de San Isidro)

Esta Iglesia está en los orígenes de Madrid. La pequeña villa visigoda origen de los que después sería Madrid (Mayrit) estaría situada junto al arroyo de San Pedro, que discurría por la actual cuesta de la Vega. Allí se debió construir la primera iglesia llamada “Santa María de la Vega” donde se veneraba una pequeña imagen de la Virgen que según la tradición fue traída a España por el apóstol Santiago.

A principios del siglo VIII ante la inminente invasión de los árabes (711 – 714), los cristianos de la villa para evitar la profanación de la imagen la escondieron en un cubo de la muralla romana (lo de romana forma parte de la leyenda porque no hay vestigios romanos en la antigua ciudadela).

Después de su conquista, los árabes construyen hacia el año 916 la Mezquita Mayor en la planta de la antigua Iglesia.

Cuando los cristianos reconquistan Madrid en 1083, Alfonso VI purifica la mezquita mayor de Mayrit convirtiéndola así al culto cristiano. Seguramente esta purificación implicaba la adaptación del edificio existente o la demolición y construcción en su lugar de un templo de nueva planta.

Alfonso VI oyó hablar de la historia de la virgen del antiguo templo y que los habitantes buscaban en vano la virgen escondida. Entonces hizo la promesa de volver a buscarla si conseguía conquistar Toledo. Mientras mandó pintar sobre el muro principal, en el interior de la antigua mezquita, una imagen de la Madre de Dios, a fin de que se pudiera dar culto en tanto aparecía “Santa Maria de la Vega”. Dicen que el artista se inspiró en la esposa de Alfonso VI, hija del Rey de Francia. Por cuyo motivo la imagen tiene en su mano una flor de lis, por lo que posteriormente se le adjudicó el nombre de “Nuestra Señora de la Flor de Lis”.

La imagen de la Virgen apareció después de 370 años tras un derrumbamiento del cubo de la muralla en una procesión de película en la que estaban presentes junto con reyes, arzobispos y nobles el mismísimo Cid Campeador. La historia está descrita de forma muy completa en http://www.archimadrid.es/catedral/Dossier_Almudena/default0.htm

El fresco de la Virgen de la flor de Lis fue venerado hasta la aparición de la imagen de la virgen. Según los entendidos la pintura no es anterior a los siglos XIII o XIV. Posiblemente sustituyó a la imagen primitiva que se quemó en tiempos de Enrique IV. En un momento dado fue tapiada y sustituida por la actual Virgen de la Almudena, perdiéndose su recuerdo hasta que apareció en 1623. En 1638 se arrancó el bloque de yeso sobre el que estaba pintada la imagen y se trasladó a otro lugar de la Iglesia.

En 1868, cuando se derribó la iglesia de Santa Maria, pasó a la del Santísimo Sacramento y desde allí definitivamente a la Cripta de la Catedral donde hoy se venera.

Pues bien, hay que ir a la Cripta a ver la imagen de la Virgen de la Flor de Lis, y recordar toda esta historia, y lo guapa que tenía que ser la mujer de Alfonso VI.

Se pueden ver también algunas vidrieras y alguna importantes joyas que proceden de la iglesia de Santa Maria, tales como: una talla del Cristo del Buen Camino en madera policromada del siglo XVIII, un hachero fechado en 1803 y dos óleos del siglo XVIII.

Lo demás de la Cripta es con perdón un cementerio, algo maloliente, de tumbas y sarcófagos catalogados, unas de nobles y avenidos, otras de plebeyos, otras para ser adquiridas por el mejor postor, a buen precio en euros.  La cripta, de estilo neoromántico con influencias bizantinas, no deja de ser mas que un gran mausoleo, para la Reina Mercedes y posteriores invitados, desprovisto de arte.