lunes, 16 de marzo de 2009

Del Berrueco al Collado de la Dehesilla





A veces en la realización de una marcha una de las dificultades mayores es encontrar el punto de salida. Eso ocurre en la Zona del Canto del Berrueco. Allí en el entorno del camino solo hay fincas particulares que cortan los accesos a arroyos y caminos. Los pasos de accesos están escondidos y parece que se hubieran puesto puertas al campo. Ya resulta sorprendente que se mantenga la situación de que esta singular peña que forma parte del patrimonio de la Pedriza sea inaccesible por encontrarse en una finca particular que en tono amenazante avisa: “no traspasar, peligro de reses bravas”.

 Por el camino de El Jaralón una vez pasada la peña de El Berrueco hay una bifurcación, sitio adecuado para dejar el coche e iniciar la marcha. Se continúa dicho camino hacia el norte, dejando el otro camino (que es el GR - 10) que se dirige a la derecha en dirección noreste al embalse Mediano. A poco el camino finaliza aparentemente. En ese punto a la izquierda como si de finca particular se tratara hay que pasar a través de un portón metálico verde para acceder a un puente sobre el Arroyo Mediano y continuar por otro camino a la derecha que se dirige inicialmente paralelo al Arroyo Mediano y luego gira a la izquierda hacia la Gran Cantera y Hueco de Coberteros.

 Pronto se inicia un camino que antaño estaba hormigonado y que debía dar servicio a las canteras. Como se va apartando del Arroyo tentación tienes de abandonarlo y bajar al cauce lo que únicamente puede hacerse a través de una puerta metálica que se encuentra al principio y que es el único paso hacia esos terrenos defendidos por zarzas y vallas metálicas y luego por vallas de piedra de fincas ganaderas. Hay un camino que sube por el Arroyo de Coberteros y que se adivina bien bonito. Pero hemos elegido subir por la pista que se va por la ladera y que ofrecerá, a parte del interés de las canteras abandonadas, unas formidables vistas del valle.

 Una vez pasadas las Canteras se inicia una senda que en suave pendiente va ascendiendo a media ladera del cerro del Jaralón, a un centenar de metros sobre el Arroyo de Coberteros, hasta encontrarse con el mismo mas arriba. La senda se sigue con facilidad y hay algunas señalizaciones de GR muy desvaídas, será porque ya no lo es o porque se olvidaron de repintarlas desde hace décadas.

 Después de pasar un vallado y cruzar un riachuelo, el camino alcanza una gran bloque de piedra, parecido en pequeño al Tolmo, situado justo al otro lado de la Dehesilla.

 Es zona de abundante vegetación donde pueden apreciarse tanto pino silvestre como pino pinaster. Hay un grupo de abedules, acebos, uno de ellos pegado a al senda. Hay un buen ejemplar de roble de gran porte y carrascas y robles melojos menores dispersos. En arbustosdestaca el enebro, la jara es omnipresente, el boj tapiza muchas zonas, hay abundancia de brezo, retamas, romero, cantueso, helechos, etc.

 En la subida se va viendo al fondo los riscos de la cara norte del Collado de la Dehesilla destacando La Pared de Santillana (1.824).

Por la ladera de enfrente se ve el collado por donde baja el Arroyo de las Hiedras que no es visible. Pero es mas espectacular en esta época de deshielo un arroyo que baja en múltiples cascadas por un cauce de rocas desde lo alto por donde asoman los pinares del Lomo, a la derecha del Risco de San Pedro.

 Hasta el Collado de la Dehesilla queda un recorrido entre jaras y algún árbol el último tramo del sendero, con un trazado algo difuso. De seguro que las jaras dejarán buenos recuerdos sobre tu piel.

 En el Collado el soleado día fue dejando pasar algunas brumas que nos sugerían algún lugar para comer entre sol y sombra. La nieve que por manchas existía en los alrededores proporcionó un buen lecho a nuestro tinto de Pueyes, recién traído de la Rioja, justo para bajarle un par de grados que de más tenía. Acompañó a unas morcillas a la sartén, a un mojete murciano y otras viandas para la ocasión.