lunes, 22 de febrero de 2010

Manipuladora Shutter Island





No la recomiendo. Vas con la ilusión de ver el presumible gran cine de Scorsese y te encuentras con una película mentirosa y manipuladora.

Gran parte de la película va narrando una historia comprensible aunque interrumpida por la inclusión en flash back de recuerdos inquietantes que no siempre aclaran el discurso o narración. Los acontecimientos que van ocurriendo en la Isla, todos enormemente pertubadores e inquietantes, y la presunta medicación psicotrópica que sin saberlo está recibiendo el protagonista, hacen que en este se empiece a manifestar un personaje pertubado atormentado por sueños tenebrosos. Todo ello prepara un giro al final de la película, que desmonta la historia que se ha estado describiendo para pasar a describir otra historia también extrema que niega a la anterior, en una gran tomadura de pelo o broma de mal gusto, contra el espectador, porque lo que hace es narrar dos discursos, dos historias tenebrosas verosímiles que fijan lo tenebroso en polos opuestos, para crear una gran incertidumbre sobre cuales son los hechos verdaderos, juego manipulador con el espectador que no le agradecemos al amigo Scorsesse, y menos cuando con lo se juega es con tema tan serio como la presunta verdad o mentira de la organización en su país durante la época de la guerra fría de experimentos criminales y sistemáticos de manipulación cerebral, lavados de cerebros, lobotomías incluidas, emulando a los malísimos nazis, cuyos crímenes se evocan permanentemente. Parece que la tesis montada es comercialmente poco atractiva o políticamente incorrecta y lesiona la sensibilidad del espectador medio americano, y conviene cerrar el film con otro discurso, para que nada sea como parece, que apunta a la demencia de un individuo fabulador de historias antipatriotas. Y la película traslada la confusión e incertidumbre al espectador. O que una narración lineal o una película de tesis es cosa vulgar para Scorsese que por fuerza tiene que retorcer el argumento para dar muestra de su grandísima habilidad. A mi la película no me aportó nada ni disfruté contemplándola. Salí del cine tenso, inquieto, desconcertado y con una fuerte sensación de tomadura de pelo.

Pero si queréis leer una elogiosa crítica de esta película y de la maestría de su director, leed al gran Boyero que destaca lo tenso, complejo e hipnótico de esta película