domingo, 20 de enero de 2008

Complicaciones en la Pedriza




Enero está ofreciendo días primaverales que son una magnifica ocasión para subir a la Sierra. Ayer subimos a la Pedriza Carlos, Joaquín y yo. Dejamos a las chicas porque casualmente están lesionadas o en el banquillo. Aunque hacía tiempo que no salíamos y no estamos en buena forma había que elegir una marcha bonita dedicada a Joaquín, que la conoce poco. Así elegimos hacer la ruta de subir desde Canto Cochino al Collado de la Ventana para volver después haciendo un poco de cuerda hasta el Collado de la Dehesilla y bajar por el Tolmo y autopista hasta Canto Cochino.
La ruta está magnifica. Ahora las sabinas están llenas de polen para delicia de los alérgicos, pero a medida que subes los aires se limpian, el sol deslumbra y en las cumbres tienes el subidón entusiasta del que ve desde el cielo las penumbras sucias de la ciudad con sus torres que son como puñales que hieren el suelo.
La comida la hicimos, según lo previsto, en el mismo collado de la Ventana con menú básico de huevo y chorizo frito acompañado de asadillo manchego y un vino de rioja.
Ya en la parte alta de la subida empezamos a encontrar muchas placas de hielo que obligaba a buscar buenos apoyos, y en el tramo de cuerda había muchas zonas nevada y con placas, aunque ya pasado el medio día y con buen sol, ablandaba y la precaución era menor, aunque en esta zona hay algunos pasos con cierta dificultad, pero divertidos.
En el Risco de la Ventana había unos escaladores. No se si por contemplarlos, o porque era la primera vez que hacíamos este tramo, o por distracción pillamos una desviación y dejamos la PR-M1 que nos hubiera llevado directamente al Collado de la Dehesilla. El caso es que pensando que íbamos bien iniciamos un camino de descenso, bien señalizado por hitos de piedra, al principio, y que a partir de ese punto desaparecieron las señales blanca y amarilla. En el momento de duda miramos al plano lo que no nos dio mayor información porque no teníamos algún punto de referencia. Además el GPS se había quedado sin pilas a la hora de la comida. (Craso error no llevar pilas de repuesto). Al principio pensábamos que íbamos bien, después que no que habíamos abandonado la senda buena. Pero como en definitiva bajábamos por una senda señaliza decidimos no volver y continuar. Otro error, porque en la Pedriza meterte por senda desconocida puede meterte en complicaciones. Y así fue aunque las complicaciones las fuimos resolviendo, sin mas incidentes que algún aterrizaje de culo. Las señalizaciones eran cada vez mas escasas y a veces difíciles de encontrar. La senda muy cerrada porque debe estar poco transitada por las dificultades que presenta. Estábamos bajando por la senda que deja a su derecha los riscos “El Moro” y luego “El Caballo de Ajedrez” y luego a la izquierda “Dos Torres”, etc. Lo que pasaba era que con la confusión de pensar que íbamos por la buena interpretamos que lo que en realidad era “El Caballo de Ajedrez” podía se “El Mogote de los Suicidas”.
La senda es muy deportiva, para disfrutar los que estén muy en forma, algo técnica porque para subir se precisa escalar en algunos sitios y para bajar tanto desnivel y tanto salto que nos hubiera venido bien un poco de cuerda, que hicimos mas de cincuenta arrastraculos y dejamos mochilas y ropas llenos de enganchones, y siempre con la preocupación de no saber que es lo que nos venía por delante. Menos mal que Joaquín está sobrado y echó una mano en los pasos difíciles. El caso es que finalmente terminamos la senda entre “El Pájaro” y las “Buitreras” y a la altura del Tolmo enganchamos la senda que baja de la Dehesilla, que ya es otra cosa y te mete rápidamente en la vuelta.
Echamos mas tiempo del previsto, de forma que cuando bajábamos por la autopista camino de Canto Cochino el sol se ponía y dejaba ver la peña Sirio iluminada como el Cuerno de Oro.
En fin contentos porque sin pretenderlo habíamos hecho y conocido una ruta bellísima que de conocerla previamente la hubiéramos descartado.