miércoles, 7 de enero de 2009

Revolcadores, caldereta y nochevieja



Los días y noche de fin de año se pueden pasar de muchas formas, como la tradicional de las uvas, del maratón televisivo, o del cotillón, todas nefastas, tanto por la noche en si como por el cuerpo que se queda para el día siguiente. Yo propongo que la del año que viene la hagáis mas o menos como la que comento a continuación que es como la hemos pasado en el año de gracia de 2008.

Con indumentaria montañera tomamos el tren de la mañana del día 30 que cómodamente, a tren casi vacío, y sin atascos nos llevó en menos que se lee El Público a Calasparra, en cuyo apeadero nos esperaban nuestros amigos. Nos acercamos a Caravaca que en una mañana soleada se ofrecía para una visita a su casco histórico y a su castillo, ajenos a las multitudes de visitantes de otras épocas. En una pastelería intentamos comprar “toñas” pero de tan exquisitas que son ya solo se pillan de encargo. Las toñas son un bollo tarta que en Caravaca hacen con rellenos diversos y adornos de nueces. En su lugar probamos otros dulces almendrados. Desde el castillo de Caravaca creímos observar a lo lejos el perfil de Revolcadores, pico mas alto de Murcia y del Levante, destino de la marcha prevista para el día 31.

En las primeras laderas de las sierras que bordean Bullas y en la casa Asomadilla nos íbamos a alojar acogidos por los mejores anfitriones. Un largo paseo para soltar piernas nos llevó por senderos y barrancos del entorno lleno de pinos, quejigos, y un monte repleto de romero y tomillo que ya en diciembre empieza a florecer. Resultó curioso ver al final de un barranco lo que me pareció una trampa de jabalíes porque sobre el suelo estaba extendida una gran carga de almendras pelonas partidas y un tambor fabricado con un gran tubo de peuvecé agujereado que rodaba sobre dos rodillos de madera, atado con cadena al suelo, de manera que al rodar soltaba algunos granos de maíz desde su interior, todo ello entiendo para atraer a los guarros al punto donde pueden ser acribillados a tiros. Al atardecer iniciamos la elaboración de una caldereta de cordero que sería uno de los platos de la nochevieja. Fue la caldereta, cocinada al fuego bajo de chimenea donde prendieron leños de albaricoqueros, el motivo de una larga velada donde se mezcló la amable conversación con el trajín de cocinar y la degustación de unos blancos de la Cooperativa del Rosario de Bullas con simples aperitivos como un poco de jamón y habas de Cehegín. La caldereta es un plato importante. Siempre ha tenido, y en esta ocasión seguramente mas por como fue cocinada, éxito sobrado. Por si a alguien le interesa os pongo mas abajo la receta, guiso de pastores con cordero pascual, todo lo cual suena muy navideño.

El día 31, último del año, amaneció con niebla baja y hasta lluvia. Parecía que nuestro proyecto montañero se iba al traste, pero nos animamos a ir a ver que pasaba, y pasó que a medida que avanzábamos mas allá de Caravaca por la carretera que va hacia la Puebla de don Rodrigo, como subíamos por un altiplano las nubes quedaros bajas y salió un sol no muy animoso pero suficiente para considerar el día incluso bueno y no demasiado frió. Así que nos fuimos a Cañada de la Cruz para hacer la subida a Revolcadores. Empezamos tarde, once y cuarto, pero con tiempo suficiente porque es una excursión de unas cinco horas contando con el tiempo de comida

La subida desde Cañada de la Cruz se efectúa por un barranco situado a la derecha del pueblo que te lleva prácticamente hasta la cumbre. Aunque nevó en las semanas previas, en estas fechas la nieve se había retirado y solo la encontramos en la cumbre. Se pasa por el Cortijo del Palomar actualmente corrales y cobijo de ovejas, cuyo nombre se debe a una alta torre que parece fortaleza pero es palomar. Luego se sigue siempre el Barranco de las Zanjas hasta llegar prácticamente a las proximidades de la cumbre Revolcadores. Todos lo que describen esta ruta la califican de sencilla sin considerar que hay un par de desniveles a trepar lo que se puede hacer con un poco de habilidad o bien empujados por el culo por el compañero que te sigue o bien tirados por una cuerda como se saca un cubo de un pozo por el compañero que te antecede, pero que en ningún caso desanima a gente como nosotros, caminantes tranquilos. Antes de la cumbre de Revolcadores tuvimos casi una deserción por el frio pelón que hacía, pero superada la indecisión subimos, disfrutamos con las vista, entre otras la del impresionante macizo nevado de la Sagra, comimos en lugar abrigado nuestro frugal almuerzo acompañado con un crianza de 2005 Las Reñas denominación de origen Bullas.

De vuelta a Cañada de la Cruz en la hora de la sobremesa en el bar del pueblo se respiraba el ambiente de prenochevieja por la fuerte concurrencia copa en mano y aperitivos libres sobre la barra de mantecados, polvorones, alfajores, etc. Se consideró pero fue abandonada la idea de pasar por los baños de Mulas para relajarnos de la marcha, sin duda hubiera supuesto un exceso de relajo incompatible con una noche de nochevieja anunciada con mucho baile.

La nochevieja fue una fiesta con muchos asistentes de varias generaciones, unos de Bullas, otros de la capital, gentes de familias bellísimas, cariñosos y tan alegres como la noche se merecía. Del menú aparte de la caldereta de cordero, cuyas piernas vinieron de Segovia, habría que destacar una ensaladilla rusa-murciana de una cocinera magistral, el siempre estimable mojo murciano, unos postres de arroz con leche, aperitivos varios, pastas todas ricas en almendras y los vinos de Bullas. Tuvimos poco mas de doce segundos de televisión, los necesarios para participar en eso de las uvas. Y luego vino el baile con una selección cuidadosa de músicas que animó al baile a todos los presentes. Para que el ambiente fuera suficientemente cálido el fuego se entretuvo toda la noche con un grandísimo tronco que recibe el adecuado nombre de nocheviejo.

Y si el fin del año así festejado fuese complaciente se puede hacer una extensión festiva acercándose a la cálida costa mediterránea, por ejemplo por el Parque Natura del Cabo de Gata, en el que por estas fechas se puede estar de puertas afuera, mas paseos y marchas, algunas en bicicleta recorriendo la costa entre Almería y el Cabo de Gata propiamente dicho.

Conviene que el periplo culmine con vuelta a la capital en aeroplano, por lo de los atascos. En una hora estás de vuelta, obviamente sin atascos.

Feliz año nuevo.

Como en esta crónica se cita los vinos de Bullas degustados, todos excelentes, os remito a la interesante página

http://www.bodegasdelrosario.es/index_spa.html

No lo probamos pero se habló de un vino de esta cooperativa que se llama 3000 años, que debe ser superior.

 

CALDERETA DE CORDERO

Según cuenta mi viejo, esta forma de hacer la caldereta es la de los antiguos pastores del Valle de Alcudia, zona de abundantes rebaños de la trashumancia, quienes cocinaban de esta manera la carne de cordero cuando alguno se desgraciaba, o alguna oveja moría en el parto, etc.

 

CANTIDAD:

(5-6) personas.

 

INGREDIENTES:

1 Pierna de cordero de dos Kg. mínimo (Pedir deshuesada). (Válido cualquier carne de cordero, preferiblemente hecho).

150 gr. de asadura de cordero.

1 hoja de laurel.

10 ajos

Pimiento seco rojo o verde, si no hay rojo.

Pimienta (4 o 5)

Aceite (media tacita de café).

Perejil, sal, vino blanco.

 

ELABORACIÓN:

 

ü      Se trocea la carne en trozos normales.

ü      En una sartén, mas bien grande, se pone la carne y se cubre de agua, y se le echa el laurel, los ajos, el pimiento y un puñadito de sal.

ü      Se pone al fuego para que hierva. Interesa que hierba lentamente y bastante tiempo (más de 1/2 hora), para que la carne de su jugo. Una vez empiece a hervir, se va quitando quita la espuma que flote originada por la grasa/sebo.

ü      Se le echa el aceite crudo y se deja hervir.

ü      Se le añade un chorreón de vino (un vaso) para que coja sabor y se deja espesar.

ü      Se asa la asadura de cordero en una sartén o a la plancha.

ü      Se machaca en un almirez la asadura, las pimientas y un poco de perejil. Se echa este guiso en la caldereta una vez que esta haya cocido suficientemente. (10 minutos antes del final).