lunes, 16 de febrero de 2009

La Torre Inclinada mas cerca

Esta vez casi llegamos a la torre Inclinada. Este risco se nos resiste, aunque solo queremos llegar a su base. Estuvimos cerca, a unos cien metros de distancia y cincuenta de desnivel. Pero desde un roquedo descubrimos las marcas de una posible subida por un canal y con ese dato lo dejamos para la próxima vez.

La subida por el Hueco de las Higueras nos pareció esta vez mas fácil. Es que llevamos a las chicas y no cabía sino mostrarnos animosos. Además teníamos ya habíamos descubiertas las sendas de aproximación. También íbamos preparados, uno con tijeras de poda para cortar zarzas y otro con un hacha para desbrozar jaras o ramas que nos impidieran el paso. Hicieron falta en un estrechamiento del arroyo donde una gran roca reduce el cauce y deja un paso estrecho que precisamente estaba obstruido por un viejo árbol caído. Una vez abierta la vía nos costó abrir paso trepando un poco por la roca húmeda con el apoyo de las ramas, alguna podridas otras firmes, hasta que sobrepasamos el escollo. Sin embargo el paso bueno era por el otro lado de la roca lo que no era evidente en la subida porque había que iniciarlo trepando y desviándote a la derecha un poco mas abajo. Bueno, dejamos hitos bien señalados para los próximos. De ahí para arriba ninguna dificultad hasta alcanzar la Calleja de la Zarza, donde hay unas ruinas de antiguos corrales. El sitio es magnífico. Forma como una gran plaza rodeada por paredes de rocas destacando por detrás el Risco de las Torres Gemelas. Sitio perfecto para el descanso, para tomar el sol sobre un prado agradable y luego para comer entre arroyos. Dejamos allí las mochilas y fuimos a explorar la subida a la Torre Inclinada. Por la derecha baja un arroyo y están marcados unos hitos que seguramente van a la Torre. Al poco encontramos que los hitos avanzaban por zona con desniveles que exigían trepar un poco, además ahora en zona muy mojada. Desistimos de avanzar y volvimos para subir por la izquierda siguiendo el arroyo de la Higuera que por allí asciende hacia su nacimiento mas arriba en un collado. Es la senda que se dirige hacia la Pradera del Robledillo. Está en esa zona bien marcada por hitos. A mitad de ese trayecto hay un hito que marca una desviación a la derecha. Es el punto mas próximo a la Torre Inclinada y seguramente es la ruta rápida de subida. La probamos pero la senda llega pronto a una pared con una señal bien grande para que no quede duda, pero el siguiente hito no se ve por ningún sitio, salvo que trepes un poco por la pared, nos pareció. Desistimos también de esa subida que a nosotros nos parecía imposible y continuamos hasta el collado al lado de un risco muy bonito que se llama Risco de la Fuente. Tiene este risco en lo alto una forma de silla muy bonita y suele estar coronado por buitres y a lo mejor nidos. En esta zona se inicia otra vertiente que es la del Hueco del Recuenco. Alucinas con el paisaje. Precisamente por allí baja el Arroyo del Recuenco que debe nacer mas arriba por esta zona. Por cierto que la senda que va a la Pradera del Robledillo y luego conecta con la Senda Maeso está bien marcada hasta allí, pero luego no encontramos la siguiente marca o está comida por la espesura. En cambio si encontramos hitos que subían arroyo del Recuenco arriba y además alguna vez los marcaron de amarillo. Subimos entre mucha jara hasta un punto próximo las paredes de roca del Risco de las Setas enfrente de nosotros. A la derecha veíamos la Torre Inclinada y pudimos descubrir algunas marcas que parecían dirigirse a este risco accesible desde esta zona por un canal. Y no subimos porque la emoción nos embargaba y las chicas esperaban ya hacía mucho rato para comer. Lo dejamos para la próxima.

La comida nos supo a gloria que es lo propio del sitio en el que estábamos. Calentados al infernillo al alcohol degustamos un caldo al brick, unas buenas lentejas, salmón marinado y luego en frío ensaladas, pechuga y lacón, regado todos ellos con un buen reserva con denominación de origen Sierra de Sevilla y nombre Condestable de algo, para dar paso a un delicioso pastel de naranja y chocolate salido de la montañera que mejor cocina y viceversa.

Si os animáis a lo mejor volvemos pronto ahora que el tiempo está bueno. A pesar de las jaras y de las zarzas estamos hablando de unas marchas relativamente cortas y de un desnivel moderado.