sábado, 18 de junio de 2011

Gusanos venezolanos, bajo la piel




Un amigo de un amigo, insigne biólogo, con una impresionante trayectoria profesional desarrollada principalmente en Venezuela, nos ha invitado a explorar en su compañía y con sus amenas explicaciones algunas sendas serranas.

Comentando sobre sus buenas y malas experiencias en las selvas nos refirió una terrible que consistió en una picadura de insecto que le originó un gusano bajo la piel. No recuerdo el nombre que popularmente recibe el gusano ni el nombre del insecto, creo que del tipo mosca. Pero nos impactó su descripción de una dura experiencia de varios meses.

Sabía él sobre este gusano que afecta a muchas personas y a las bestias. Estas a veces tienen múltiples picaduras llegando a sufrir a veces decenas de gusanos de este tipo de forma simultánea. La experiencia de los locales es que al gusano hay que dejarlo o quitarlo pero sin que se rompa. Si se deja que es lo normal el gusano crece alimentándose de los humores del cuerpo bajo la piel hasta alcanzar un gran tamaño, aproximadamente como el dedo de una mano. Después sale al exterior y libera a su víctima. Parece que en el suelo se entierra y debe después completar su transformación en mosca, una gran mosca debe ser. De manera que es una cuestión de paciencia. Hay que esperar unos meses a que crezca y salga, y mientras tanto la afección no debe ser de gravedad porque el bicho se va alimentando de las secreciones y toxinas infectas que en su cueva carnosa se producen. Por cierto que parece que al crecer busca alojamiento mas allá de la piel inicial buscando refugio bajo el músculo próximo.

A nuestro amigo el desarrollo se le produjo en el brazo cerca del hombro. No parece que produzca infecciones en la zona dado que su voracidad alcanza a los gérmenes próximos y a sus tóxicos. Si produce unas molestias infinitas.

Ocurrió que nuestro amigo vino de visita a España con su gusano y comenta que aquí los médicos eran de la opinión de efectuar una sencilla intervención quirúrgica que alcanzara y extirpara el bicho. Se negó en redondo porque sabía que si rompían el gusano sobre la herida los jugos internos eran extremadamente tóxicos y entonces si que se podía producir una infección grave y prolongada. Sabía de casos de personas que habían sufrido por esa ponzoña una infección de mas de siete meses de duración.

Así pues, rechazó las soluciones de la medicina occidental, y se decidió a curarse por su cuenta. La forma de hacerlo era intentar extraerlo. Esa operación no era nada fácil. El propio gusano cuando es ya un poco grande perfora la piel y se asoma un poco como para tomar aire. Pero en esa actuación el gusano es astuto, de forma que si percibe cualquier movimiento en la zona inmediatamente se introduce hacia dentro. Parece que percibe la aproximación de la mano que intenta aprehenderlo. Además el gusano cuenta con un organismo evolutivamente sofisticado, algo así como una doble corona de espinas peludas en la mitad de su cuerpo que utiliza para agarrarse y prevenir del intento de expulsión. Imposible salvo que el quiera salir.

Solía nuestro amigo, cuando ya el gusano parecía haber llegado a su madurez, colocarse ante el espejo con los brazos desnudos y esperar con paciencia a que el gusano iniciara su maniobra de salir al exterior, salir a medias, agarrado como decíamos. Hizo varios intentos fallidos de cogerlo porque percibía los movimientos y se ocultaba con rapidez. Hasta que por fin lo consiguió un día. La operación consistió en lo siguiente. Un amigo estaba apostado, el esperó a que el gusano saliera lo mas posible y entonces deslizó la mano contraria por un lateral de su cuerpo para que no fuera apercibida y en un salto felino no cogió al gusano sino que oprimió con fuerza, como en un gran pellizco, los dos laterales de su antebrazo, con lo que consiguió taponar el agujero manteniendo el bicho fuera. Luego el amigo apostado salió y con delicadeza para no aplastarlo lo amarró con los dedos por la cabeza y fue tirando del gusano para sacarlo y no romperlo quebrando la resistencia de las púas.

He mirado en Internet para identificar tal gusano, he buscado por "gusano venezolano" y ya podeis imaginar que la primera acepción es la política y luego múltiples gastronómicas. No puedo dar mas detalle. Realmente la parte mas atrayente es la alegórica. Uno siente que ciertos políticos, y en particular alguna política, son como un mal bicho que pica al ciudadano, lo corroe, lo parasita y malamente lo puede arrojar de su cuerpo una vez se instala. Y si lo arrojas te amenazan de nuevo con volver y volver...y de hecho vuelven.

Por cierto que el gusano del cuento después de ser extraído se escapó y no se vió donde fue. Aclimatarse aquí en España es fácil para los gusanos. Seguro que ya se han engendrado generaciones de gusanos y de sus correspondientes moscas que seguro sobrevuelan este estío la ciudad de Madrid.

Foto: planta de la cicuta, muy recomendada para los malos bichos.