jueves, 7 de junio de 2007

NUESTRA AFICIÓN TAURINA

Mi afición taurina no es convencional. Empecé a ir a la fiesta nacional tarde y casualmente por acompañar a mi padre, ya un poco mayor. Me enganché. Me hice abonado de la Plaza de Toros de las Ventas y ahí sigo. Allí empecé a entender y a amar esta fiesta, y apartar los prejuicios. Allí empecé a comprender la fiesta de una forma mas completa, con sus enormes méritos y con sus pobrezas y miserias. Y llegué a la convicción de que la única forma de perseverar en la afición era defendiéndola.
Si la fiesta de los toros sigue regida y organizada con los parámetros de negocio actuales, y ya permanentes desde hace décadas, auguramos su decadencia definitiva, su transformación en un fenómeno taurino festivo que tendrá poco que ver con lo que esta fiesta fue en el pasado, que fue algo sociologicamente muy importante, con fuertes influencias en el arte y en la cultura de este país y de otros, y mucho que ver con espectáculos mistificados orientados fundamentalmente al turismo.
Nuestra forma de ser aficionado taurino es estando contra su falseamiento, demandando fuera y dentro de la plaza su autenticidad original, mientras esporádicamente estemos sometidos a las fuertes emociones, conmociones, y aproximación a una realidad artística especial, que ciertos toros, toreros y corridas nos producen, que todavía existen aunque poco.
Como invitación al coloquio sobre este tema, te invito a que aportes tus comentarios

5 comentarios:

Miguel dijo...

Rafaelillo es un torero que torea poco. Muchos aficionados apenas habían oído hablar de él, pero su biografía taurina demuestra que es un torero importante. Su nombre ha aparecido en una de las corridas de la Feria de San Isidro de este año, con toros de la Ganadería de Dolores Aguirre, presumiblemente duros y difíciles .

A nadie le extraña que en la composición de los carteles las corridas duras sean para toreros "humildes". Y Rafaelillo debe estar clasificado por el sistema taurino como un torero humilde, un "mileurista" de los toros. No habrán llegado a veinte las corridas que toreó el año pasado. Seguro que habrá toreado muy pocas antes de venir a las Ventas. Sin apenas torear los toreros cuando tienen que hacerlo están inseguros, sin sitio ante los toros, en desventaja desde luego respecto de los que habitualmente torean mucho. Y cuando surge una oportunidad tiene que aprovecharla porque el triunfo en el toreo es su forma de vivir y de sobrevivir. Mas aún si se trata de torear en Madrid, Aquí el compromiso es mayor y la situación es ardua, porque en Las Ventas si los empresarios dan una oportunidad de torear a un torero humilde ha de ser con una corrida dura, de las que no quieren las denominadas "figuras" del toreo.

Para mis amigos murcianos, que sepáis que Rafaelillo es de Murcia. De aspecto menudo, pequeño, fuerte. No es ningún niño, ya va siendo mayor. Tiene en su rostro rasgos que suenan a tristeza, temor, desesperación pero también de ilusión, de enorme disposición para lo que está decidido a hacer: jugarse la vida.

En su corrida le han tocado dos toros, como no se ven en la Fiesta: grandes, fuertes, aterradores (para los aficionados: encastados, muy mansos, duros, difíciles, de casta mala, un verdadero espectáculo). Rafaelillo se enfrenta a ellos con la decisión y la locura de los héroes, y les puede, los torea, arriesga una y otra vez su vida, se salva por fortuna de cornadas verosímiles, torea cumpliendo con los cánones mas exigentes, con verdad, sin engaño.

Rafaelillo es un héroe, porque lo que hace es tarea digna de semidioses y porque llena de temor y emoción el corazón de los mortales que le aclaman. Que yo sepa ya no quedan mas héroes que estos pequeños grandes toreros.

Cuando el hedor de los ppolíticos llena las calles madrileñas, el aire de la Ventas se perfuma con un clamor de olés a Rafaelillo

Miguel dijo...

TOMAS LORETO, OTRO HEROE

Tomas Loreto, burdeos y azabache, banderillero de la cuadrilla de Luis Vilches. Este estilizado y escurrido, aquel grueso y relleno.

Hoy ha sido protagonista en la plaza, junto con los toros de Palha. Estos por presencia (trapío), movilidad y casta brava. Loreto por similares aunque humanas razones.

Desconocían muchos aficionados a este torero que se ha hecho presente con gran protagonismo en el tercer toro. Tenía el animal de salida muchos pies y tendencia a buscar salidas y bultos aparentes. Así que pronto enfiló hacia el toro que hacía puertas con una cierta inhibición del matador y de la cuadrilla. En particular, Loreto, que estaba protegiendo con capote a este picador y caballo, no solo no se inhibió de hacerlo sino que se refugió en el burladero en lo que parecía una dejación de funciones. Parecía que el toro le infundía miedo y que no importaba que se estrellara contra el caballo. Esta apariencia de miedo en Loreto se magnificó cuando en los siguientes lances el toro parecía fijarse preferentemente en él, como si fuera lo mas grande que veía después del caballo, o como si percibiera su olor a miedo persiguiéndole hasta el burladero en un par de ocasiones. El toro veía bultos de banderilleros y los perseguía.

Sin duda la gran humanidad obesa de Loreto y su apariencia de miedo empezaron a producir algo así como la rechifla de la gente que reían y aplaudían complacidos dando rienda suelta a cierta crueldad que se dirigía contra el ridículo gordo torero de comportamiento medroso.
Y aquí viene la gesta del torero Loreto y su reivindicación de su orgullo torero. Lo que hacía, lo hacía con sentido pleno del toreo, en interés de su matador, y desde luego sin miedo, como demostró en seguida. Y es que le tocaba a continuación poner un par de banderilla, y aunque el toro apretaba lo suyo, lo hizo con gran decisión, con valor, cuadrando y en lo alto, y arriesgando. Tuvo que salir por pies y correr hacia las tablas saltando por encima con precipitación y un poco distante del garbo de un fino atleta. La gente se dió cuenta de que aquello era importante y serio y las risas y aplausos bulliciosos se tornaron en atronadora ovación de admiración en una desconcertante transición. Tanto que después de su ejecución salió Loreto a instancias del maestro a saludar al tercio montera en mano, lo que ponía las cosas en su sitio. Mas tarde, cuando la corrida trascurría por cauces no muy afortunados por parte de los matadores, algún buen aficionado, como Modesto, pedía “Que salga Loreto”. Muchos otros aficionados, media plaza, no habían estado a la altura que requiere esta Plaza para su público y afición.

Miguel dijo...

HEROICOS AFICIONADOS

Tiene mas de cincuenta y lleva mas de diez en el asiento inferior justo delante del mío y su alojamiento preciso coincide con el espacio que dejan mis piernas abiertas una vez sentado, lo que no es exagerado, como saben todos los aficionados, dada la estrechura de los asientos de la Plaza de Toros de las Ventas. Es gruesa, satisfecha, con ropajes y joyas que pretenden dar un toque de lujo de clase. De ella lo que mas veo es su pelo teñido en siena y cardado a la antigua.

Sabe de toros, tiene sentido de lo taurino y es lista, lo que la convierte en una buena aficionada de las Ventas. Comenta lo que ocurre con criterio y reprende con frecuencia a su marido, quien en lo relativo a lo taurino es justo al revés que ella.

Parte importante de sus intereses en la plaza es el cotilleo visual. Sus prismáticos escudriñan los palcos municipales y autonómicos, los burladeros del callejón, las entrada de barrera, allí donde pudieran acumularse invitados y personajes importantes, políticos de su cuerda, sin olvidar a los famosos. Pena que no haga una crónica diaria de lo que ve.

Le emociona intensísimamente Esperanza Aguirre y sus huestes. No es lo anterior un tema ajeno al festejo, porque este lo vive muy imbricado con su pasión política, que manifiesta cada dos por tres.

En esta feria, coincidente con la campaña electoral, ha hecho ella misma campaña con suspiros por el PP y repartiendo caramelos con carátulas del PP.

Desea fervientemente que Zapatero se vaya, como si fuera el peor torero del mundo, y que venga Rajoy, este si como gran figura. Promete celebrarlo con brindis en la Plaza cuando así ocurra.

Su marido, mas lineal, manifiesta su devoción diciendo que así debían ser todas las banderillas, justo cuando las cuadrillas utilizan las que tienen los colores de la bandera nacional. A lo que alguien ha respondido diciendo que falta el morado.

Sobrellevar todo esto y mas en la corta distancia es dificil sin que surja el incipiente deseo de que casualmente se derramase un cubata de pegajosa coca cola sobre la cabeza de tal vecina.

Mas esto solo es un capítulo de los padecimientos que hacen heróicos a los otros aficionados. En otra ocasión comentaremos los que provienen de los organizadores de la Fiesta.

Miguel dijo...
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Miguel dijo...

BORRACHO

Desde el oscuro callejón avanza buscando desesperado una salida hacia no sabe donde. De repente algo hiere su espalda lo que le produce mas irritación que dolor. Tras una puertacla luz entra de pronto y le deslumbra y le atrae. Dirige sus pasos hacia allí mientras siente un incipiente mareo. Se le va la cabeza y siente ganas de correr locamente pero la luz deslumbrante le retiene. También un ruido ensordecedor lo aturde. Da unos pasos. Desemboca en un plaza. Ve marcas blancas en el suelo. Pasa por ellas como si fueran escalones pero apenas son unas rayas en el suelo. El mareo es mayor. Da un traspiés y se pone a correr. Está a punto de darse de bruces con unas vallas. Se ha golpeado la cabeza. No está herido. Pero el mareo lo va a derrumbar. No puede aguantar mas . Sus patas le tiemblan. Cae al suelo. Se levanta. Ahora cae de espaldas. Se levanta, corre, no puede hacerlo normalmente, va como borracho. Cae otra vez, esta vez rueda "patas arriba". El ruido no cesa. ¡Se están riendo de mí!¡Rugen contra mi!. Se levanta a duras penas, se cae de nuevo, se levanta. Parece que podría caminar sin caerse. Prueba. Consigue marchar. Piensa: ¿Que me han hecho?.¡Cabrones: Estoy drogado!
aparecen de pronto unos colegas vagamente conocidos. Se acercan, me envuelven. Parece que me llevan a casa. Empiezo a sentirme mejor. Cuando llegue pondré la tele: dicen que hoy torea Rincón.